El corría, nunca le enseñaron a andar,
se fue tras luces pálidas.
Ella huía de espejismos y horas de más. Aeropuertos. Unos vienen, otros se van,
igual que Alicia sin ciudad.
El valor para marcharse,
el miedo a llegar.
Llueve en el canal, la corriente enseña
el camino hacia el mar. Todos duermen ya.
Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.
Un instante mientras los turistas se van. Un tren de madrugada consiguió trazar la frontera entre siempre o jamás. Llueve en el canal, la corriente enseña el camino hacia el mar. Todos duermen ya. Dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar... o empezar. Ella duerme tras el vendaval. No se quitó la ropa. Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad. Dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar... o empezar.
Un instante mientras los turistas se van. Un tren de madrugada consiguió trazar la frontera entre siempre o jamás. Llueve en el canal, la corriente enseña el camino hacia el mar. Todos duermen ya. Dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar... o empezar. Ella duerme tras el vendaval. No se quitó la ropa. Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad. Dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar... o empezar.
Por eso me gusta montar en tren, nunca sabes con quien te vas a encontrar ni qué pasajeros te acompañan. Es un poco emocinante :)
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