Levantarse temprano, haber dormido mal la noche anterior, enfrentarse a algo con la presión en el cuerpo, con frio, hambre, cansancio mental, y luego con el sol en la cara, ese sol que aparece en un día nublado a quemarte. Ese sol que te dicen que te corras. Y luego de todo eso, el día parese que termina bien. Y no existe mayor satisfacción.
Si el sol te dice que te corras, hay que obedecerle. No se puede jugar sucio con el sol, cuidado. :P
ResponderBorrarHay que admitir que hay días que unos rallitos de sol vienen mejor que una caña bien tirá^^