Había una vez una mujer que ingresó a la Universidad. Ella
sabía que todo cambiaría al llegar allí. Y así ocurrió. Los primeros días de
clases conoció a una persona muy importante. Pero tuvo que pasar un tiempo para
que el destino supiera como juntar a esa persona con esta mujer. La mujer era de las chicas que se avergonzaban por todo.
La mujer
siempre supo que él (era un "él) podía convertirse en algo más, pero eso
siempre había sido una idea, como todo lo que a la mujer le había pasado en su
vida antes. Todo era ilusión y proyectos, fantasías que no se concretaban. A
veces las redes sociales si ayudan, así como el alcohol. Entonces la mujer empezó
a charlar con él por computador. Hablaban de videos de música principalmente.
Pero se volvió un hábito. Un día en vacaciones de invierno la mujer le propuso
verse en persona con él. Se veían en persona en la universidad pero solo por
los pasillos en algún tiempo libre entre clases, pero nunca habían tenido una
cita. La cita fue en una universidad, específicamente en una charla sobre un
hombre muy importante. Ella llegó antes, y al no verlo, pensó que no llegaría,
pero de todas formas se quedó a ver la charla. A la mitad de esta charla, logró
encontrarlo y sintió gran felicidad, aunque no sabía cómo demostrarla, nunca
había tenido una cita antes.
Después de esa cita, empezó a verse más con él. Su primer beso fué en una fiesta de cumpleaños acompañado con la valentía que provoca el Ron. Ella sentía mucho nerviosismo cuando él estaba cerca, por lo que le costaba
comer o mirarlo a los ojos. Sentía nauseas. Pero nauseas de amor. El
nerviosismo o alias: mariposas.
5 años más tarde, ellos se continuaron viendo. Siguieron
saliendo a citas, primero por la ciudad: por la playa, los parques, los patios
de comida, y luego en auto por otros lugares más lejos, hasta que terminaron volviéndose
unos caseros. Caseros porque la ciudad ya la habían conquistado. Hoy viven sus vacaciones en el patio de la casa.
Su vínculo se extendió mucho, pero para eso primero pasaron
por momentos muy gratos, y también por muchas discusiones. Ellos son distintos.
Eso es lo que pasa. A él le gusta el piano, el vino, pintar, el silencio, los
espacios tranquilos, la historia, el
mar, los asados con los de siempre, la familia pequeña. A ella le gusta la
música "indie", ir de compras, las multitudes, la familia grande,
comer, no beber alcohol sino que jugos frutales y escribir su blog.
Pero a
ambos les gusta escuchar música de los 80s, cocinar y comer, estar juntos en
todo lo que eso implica, andar en auto con la música sonando, conversar cosas profundas, proyectarse
entre ellos, pensar en hijos y en una casa grande, no les gusta salir de
fiestas ni la música bailable de moda, tampoco les gusta embriagarse ni fumar
drogas. Ancianos jovenes.
Ellos pueden lograr mucho, aunque a veces retrocedan. Pero hoy siguen adelante. Ellos se aman. Son compañeros de vida. Nunca pensaron que sucedería.
La mujer por fín supo que su vida ya no sería una ilusión, y que gran parte de sus deseos se podían concretizar, con él.
Una historia preciosa. Espero que les dure mucho, lo digo con sinceridad total.
ResponderBorrarGracias :)
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